Una historia de amor real
Brutis era un golden retriever normal, con un precioso pelo dorado. Como todos los de su raza, poseía un carácter apacible y cariñoso. Dado que era un animal muy amistoso, no servía para perro guardián: Se ponía a jugar con cualquier desconocido. Por eso sus dueños, una familia de California, jamás hubieran imaginado que su mascota iba a convertirse en un héroe.
Así sucedió el día en que una serpiente de coral, una de las más venenosas del mundo, se coló en el jardín familiar y se acercó hacia uno de los hijos, un niño pequeño. Brutis, que la vio, dejó de lado su naturaleza tranquila y, pese a no haberse enfrentado jamás a nadie, encaró a una de las criaturas más peligrosas de la naturaleza. Peleó con la serpiente y la alejó, lo que le valió una mordedura casi mortal. Pero salvó al niño.
Y no sólo eso: Además de curarse de la mordedura, su heroica acción le valió a Brutis el Premio Nacional al Heroe Perruno (“National Hero Dog Award”). Aunque, sin duda, el premio que este golden retriever más valoró fue el amor de su familia.