Sí o no

El perro experimenta su mundo de forma binaria, es decir, en el sentido de éxito o fracaso. Se organiza orientándose en dos direcciones opuestas: da resultado no da resultado. En principio, se orienta hacia una solución, siguiendo el lema de <<siempre hay algo que da resultado>>. De ahí que la mejor manera de entenderse con el perro sea asimismo binaria. Se trata de un sistema que sólo conoce dos situaciones opuestas entre sí, como por ejemplo dentro/fuera, bien/mal, sí/no, más/menos. Es igual que el código binario, que seguramente conozca del mundo de las matemáticas o de la informática. Para entendernos con el perro, el sistema binario nos ofrece la posibilidad de comunicar con pocas señales, de una manera consistente, sensaciones e informaciones. La combinación, es decir, la yuxtaposición de la respectiva información <<positiva>> o <<negativa>> (deseada o indeseada) permite además comunicar aspectos complejos con sencillez y, por lo tanto, de manera comprensible para el perro.

La comunicación binaria con el perro

¿Cómo se puede hacer que esos dos ámbitos sean comprensibles para el perro, y qué es lo que abarcan? La conducta deseada (buena) será positivamente respondida y , con ello, reforzada mediante sonidos alentadores, gestos motivadores y una mímica cariñosa. Por  el contrario, la conducta indeseada será claramente rechazada con sonidos desalentadores, gestos de enojo y una mímica arisca. Así pues , el hombre tiene la posibilidad de transmitir al perro sus deseos y sus ideas a través de señales. Esto es aplicable a todas las situaciones que pueda uno imaginar.

La comunicación lograda

El sistema binario es, pues, la base de una comunicación lograda. Una vez que se ha entendido este sistema y se ha aprendido a utilizarlo correctamente, la cosa resulta muy sencilla. Las posibilidades de variación que brinda al dueño de un perro el sistema binario son casi infinitas. Una vez que el perro sepa lo que significa para él un <<no>>, es decir, los sonidos desalentadores, los gestos de enfado y la mímica áspera, a saber: <<Como no dejes de hacer inmediatamente lo que estás haciendo, vamos a tener un disgusto>>, es decir, una vez que sepa que la conducta mostrada tiene consecuencias desagradables para él, y por lo tanto, no auguran nada bueno, por regla general decidirá abandonar esa conducta negativa no deseada.

Un cambio a la velocidad del rayo

Al utilizar el sistema binario des de una importancia primordial que el perro, en el mismo instante en que cambie una conducta negativamente respondida por el hombre, sea inmediatamente recompensado con un <<sí>> , es decir, con sonidos alentadores, gestos motivadores y una mímica amable por cambiar de conducta. De este modo, el cambio del <<no>> al >>sí>>, refuerza la motivación del perro para comportarse de tal modo que reciba una respuesta positiva de su dueño. Esto significa que la postura del cuerpo, los gestos, la mímica y el tono de voz se correspondan con el <<sí>> o con el <<no>> de manera inconfundible. Un gestos para <<sí>> significa siempre <<sí>> y un gesto para <<no>> quiere decir siempre <<no>>.

Práctica, práctica y práctica

Esto en principio suena sencillo. En la práctica, sin embargo, no siempre es fácil, tal y como he comprobado una y otra vez en mis cursos y seminarios. Ese cambio a la velocidad del rayo del <<sí>> al <<no>>, y viceversa, ha de ser ejercitado. Las personas tienden a aferrarse a sus estados de ánimo. Cuando nos acabamos de alegrar o enfadar con algo o con alguien, nos cuesta trabajo cambiar inmediatamente de humor. Recelamos o desconfiamos de que un cambio percibido en una persona o situación vaya a durar. Nos resulta difícil vivir el momento, el aquí y ahora. En ese sentido, podemos aprender de él. Para comunicarnos con el perro hemos de aprender a cambiar en cuestión de segundos de una conducta <<amable>> a una <<arisca>>, y viceversa.

Para que un perro pueda entender su mensaje, es decir el <<sí>> o el <<no>>, es de suma importancia que la señal transmitida sea clara e inconfundible. Por esa razón, el cuerpo, la voz, los gestos y la mímica deben decir siempre lo mismo, a saber, positivo/sí o negativo/no.  Así pues, la congruencia, es decir, la coincidencia del tono de voz, el volumen, la mímica, los gestos y la postura del cuerpo, es decisiva. Cualquier diferencia mínima entre las señales emitidas crea inseguridad al perro, ya que entonces recibe informaciones contradictorias. El perro percibe siempre la totalidad de las señales que le envía.

Para averiguar si es usted congruente en la aplicación del sistema binario a sus señales, debe examinarse críticamente. ¿Coinciden en el significado todas las señales que envía? ¿Es capaz  de hacer que el perro adopte la conducta que espera de él?

Las ventajas del sistema binario

 

  • El sistema binario capacita al hombre para entenderse de una manera simple con el perro (incluidos los sentimientos de los dos).
  • El sistema binario ofrece la oportunidad de poner límites claros y precisos limitándose a decir <<sí>> o <<no>>.
  • El sistema binario ayuda al hombre a ser congruente en sus señales y a hacerse comprensible. El sistema binario es la base para una comunicación lograda.

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