El perro necesita y busca el vínculo social con el hombre, de este modo, su imagen del mundo se amplía por lo que experimenta través de las personas que le rodean. El sistema de valoración, decisivo para la imagen del mundo que se forma un perro, se crea desde el primer día de su vida a partir de todas sus experiencias con su entorno. Así pues, el hombre es, hasta cierto punto, responsable del modo el perro se construye su realidad.
Un perro que se mete en el agua para nadar porque le gusta nadar, porque la naturaleza lo ha predispuesto para disfrutar con el agua, tiene una imagen completamente distinta del mundo del agua que un perro al que no le atrae el agua y se cae por descuido o incluso es empujado por el hombre y, luego, se pone a nadar “jugándose la vida” para llegar lo antes posible a la orilla.
Así Pues, el hombre configura das condiciones básicas dentro de las cuales un perro puede ser desarrollar sus experiencias con arreglo a su sensibilidad individual. En adelante, esas experiencias le servirán como una escala de valores para clasificar los futuros sucesos. A partir de ellas quedará predeterminado el posible ámbito experimental del perro. Y eso a pesar de que el perro, según la raza y la predisposición individual, ya tiene de por sí un sistema de valoración. Si obliga a un cachorro a meterse en el agua en contra de su voluntad, este probablemente rehuya el agua durante toda su vida. En cambio, si el dueño se mete el agua con el perro, convirtiéndose la natación en una vivencia social, el perro asociará desde un principio el agua con una experiencia positiva.