Tanto el hombre como el perro tienen cinco órganos sensoriales que proporcionan material a la percepción: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Sin embargo, la información que extraen el hombre y el perro de sus percepciones sensoriales son completamente diferentes.

En las primeras semanas de vida del cachorro se desarrolla el cerebro en relación a las características de cada raza. El cerebro crece igual que otras partes del cuerpo. Durante esta fase del crecimiento cerebral, se desarrollan las reticulaciones neuronales.

En principio, las reglas básicas de la educación del perro son aplicables a todas las razas caninas. Sin embargo, para tratar de educar bien al perro, mejor desde que es un cachorro, conviene ser consciente de las características específicas de cada raza.

El perro necesita y busca el vínculo social con el hombre, de este modo, su imagen del mundo se amplía por lo que experimenta través de las personas que le rodean. El sistema de valoración, decisivo para la imagen del mundo que se forma un perro, se crea desde el primer día de su vida a partir de todas sus experiencias con su entorno.

En las décadas pasadas, la convivencia del hombre Y el perro se volvió cada vez más compleja debido los cambios sociales que también transformaron la imagen humana del mundo. Si antes al perro se le dejaba ser un animal y no se le integraba en todas las acciones del día, hoy está considerado como un miembro más de nuestra familia.